Por: Patricio Hales Dib.
Artículo publicado en el diario La Tercera.
Edición del martes 27 de marzo de 2007.
La cruda honestidad de la Presidenta, diciendo que Transantiago no se ha hecho bien, nos estimula a apoyar al nuevo ministro con franqueza. La nueva autoridad puede terminar en un tremendo fracaso si no coordina alcaldes y ministerios y si no cambia a los mandos y asesores que improvisaron el inicio de Transantiago, que mentían o ignoraban los datos de realidad de su trabajo.
Necesita gente que no repita recorridos sin relación origen y destino de las personas en sus barrios. Debe cambiar a los que engañaron al ministro anterior diciéndole que había 5.100 buses cuando eran 3.000.
Al nuevo ministro no le sirve la ineficiencia de los mismos técnicos que cambiaron una malla de recorridos probada por 50 años y abandonaron zonas urbanas que atendían los buses amarillos; ignoraron que en Independencia había 7 hospitales, no controlaron la instalación de los GPS contratados y recién hace 20 días descubrieron que los andenes de prepagos debían ser 30 y no 3, aunque hace un año les dijimos que requerían más de 100 para apurar la velocidad de ingreso a los buses y aumentar su frecuencia.
No hay ministro que sustituya la capacidad de los subalternos. Necesita la carta Gantt de un MINVU que apure la infraestructura, gente competente, capaz de escuchar y resolver el problema urbano-humano de la transformación de la ciudad.
Y revisar algunos aspectos del proyecto que se deformaron o que deben ajustarse a la emergencia del drama social.
Si no, la autoridad sembrará ilusiones que cosecharán más tempestades.
martes, 27 de marzo de 2007
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